Historia aquellos Duros Antiguos

Todos los grandes amantes del Carnaval de Cádiz a buen seguro que habrán escuchado ‘Los Duros Antiguos’, un tango del Carnaval de Cádiz compuesto por Antonio Rodríguez Martínez, más conocido como ‘El tío de la tiza’.

Aquel tango, data del año 1905, de ‘Los Anticuarios’, y relata una historia completamente real, que se dio en la playa de La Victoria, en Cádiz.

Benito Soto, pirata pontevedrés

Pese a que en principio, hubo gran controversia entre los historiadores por motivo de la procedencia de aquellos duros antiguos. Unos hablaban de que podría ser de un buque francés que se hundió en Trafalgar, aunque todo hacía indicar que se trataba de Benito Soto Aboal.

Benito Soto, era un pirata de Pontevedra, curtido en los mares que no dudó en amotinarse junto a otros marineros en el navío ‘El defensor de Pedro’ y dejar a su capitán en África, para así dedicarse a la piratería. Numerosos fueron los barcos que calleron a merced de su avaricia.

Una vez llegado al puerto de A Coruña, rebautizó el barco como ‘La Burla Negra’. Pusieron rumbo al Estrecho, buscando allí botines mejores, pero un error de cálculo los hizo encallar en la playa de Cortadura, concretamente a la altura de lo que es hoy ‘El Ventorrillo del Chato’.

Un silencio llevado a la tumba…por pocos años

Los Piratas, corrieron a refugiarse en la capital gaditana, en una pensión de la calle Chantre, hoy conocida como ‘El Callejón de los piratas’. Fueron delatados por un marinero inglés y ahorcados en las Puertas de Tierra, pero sin dar pistas de donde estaría escondido su botín.

Por su parte, el capitán Benito Soto huyo hacia Gibraltar, aunque también lo hicieron prisionero y ejecutado. Llevándose el secreto a la tumba.

Allí fue medio Cádiz…

Nos remontamos a un jueves 2 de junio de 1904, cuando unos albañiles levantan una tapia a la altura de lo que es hoy el hotel Tryp Caleta debido a un fuerte temporal.

Allí fue, durante la excavación cuando un albañil, llamado ‘Malos Pelos’ encuentra un puñado de monedas, con los que empieza a llenarse los bolsillos, aunque su secreto no dura mucho tiempo.

La noticia del hallazgo corre como la pólvora, y aquel día se celebraba el Corpus. En pocas horas, estaba la playa llena de gente escarbando buscando monedas. La Policía establecería pronto un perímetro para alejar a las personas, permitiendo escarbar fuera de él.

Siete días seguidos, la ví escarbar…

La locura se instauró en la ciudad, llegando personas de todos los lugares con suertes muy dispares, unos saltaban de alegría al llevarse montones de monedas y otros únicamente arena.

Las monedas eran de 8 reales, de curso legal acuñadas en México durante el reinado de Fernando VII. Nadie se hizo especialmente rico con aquel hallazgo, aunque algunos llegaron a ofrecer el doble de su valor por ellas.

Letra aquellos duros antiguos

Aquellos duros antiguos
que tanto en Cádiz dieron que hablar
que se encontraba la gente
a la orillita del mar,
fue la cosa más graciosa
que en mi vida he visto yo.
Allí fue medio Cádiz,
con espiocha;
hasta fue un día mi suegra,
y eso que estaba ya medio chocha;
con las uñas muchos
vi yo escarbar,
cuatro días seguidos
sin descansar.
Estaba la playa
igual que una feria:
¡Válgame San Cleto
lo que es la miseria…!
Algunos, pescaron
más de ochenta duros
pero más de cuatro,
no vieron ni uno.
Mi suegra, como ya dije,
estuvo allí una semana
escarbando por la tarde,
de noche y por la mañana.
Perdió las uñas y el pelo
aunque bien poco tenía,
y en vez de encontrar los duros
lo que encontró fue… una pulmonía.
En el “patio de las malvas”
está “escarbando” desde aquel día.

¿Se encontró el tesoro de Los Duros Antiguos?

La ciudad de Cádiz bautizó a aquellas monedas como ‘los duros antiguos’ de una manera coloquial, y gracias a aquel tango del coro ‘Los Anticuarios’ consiguió hacerse inmortal una anécdota, que posiblemente quedaría olvidada en los libros de historia gaditanos si no fuese gracias al Carnaval de Cádiz.

Pero siempre quedará la duda, de si aquel botín de ‘La Burla Negra’ salió completamente a la luz, o si tal vez, en aquellas arenas de la playa de La Victoria, sigue aguardando otra parte sustancial de aquellos piratas, esperando ser despertado,

Y ¿quien sabe? vuelto a contar a través de las coplas inmortales del Gran Teatro Falla para la posteridad.

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