El Carnaval de Cádiz en los años 2000-2010
Una vez finalizados los próliferos años 90 en el Carnaval de Cádiz, entramos en un nuevo siglo y un nuevo milenio, donde una vez más, volvíamos a ver cambios en el reglamento.
En esta ocasión, recién entrado el año 2000, se decidió que el número de agrupaciones finalistas serían 16 fijas. Los cuartetos no solían rellenar los cuatro huecos disponibles para ellos, por lo que se optó por rellenarlos con agrupaciones de otras modalidades que según el jurado merecieran estar en la Gran Final.
Esto traería un nuevo hándicap para los cuartetos, que tendrían que competir entre ellos por un puesto en la Final, y a demás con chirigotas o comparsas que tuvieran también el nivel para estar dentro.
Aquel año, también se acordó no dejar premios desiertos, como ocurría en años anteriores con la modalidad del cuarteto.
Todo esto cambiaría en 2007, cuando se dejaron de rellenar los huecos por modalidad. Un año después, en 2008, otro gran cambio llegaría, ya que se estipuló que los finalistas pasarían a ser 3 por modalidad en lugar de cuatro, además de conceder dos accesit, sin participación en la Final para el 4º y 5º clasificado.
También vimos, como en 2008 aparecían los Cuartos de Final. Una fase intermedia entre las Preliminares y las Semifinales. Quitando así las dos vueltas de Semifinales.
La comparsa vive una nueva lucha titánica entre grandes autores
A principios de siglo, viviríamos una nueva batalla titánica entre dos autores del Carnaval de Cádiz. Antonio Martínez Ares seguía al frente de la modalidad como uno de los rivales a batir, mientras que la aparición de Juan Carlos Aragón, que se cambiaría de la chirigota a la comparsa hizo que viviéramos años apasionantes.
Entre el resto de autores, se consagrarían gente como Tino Tovar o Luis Rivero, mientras que veteranos como Joaquín Quiñones y Antonio Martín seguirían en la brecha.
Juan Carlos Aragón, la leyenda del Capitán Veneno
La llegada de Juan Carlos Aragón Becerra al mundo de la comparsa fue un auténtico huracán de sensaciones. Aquellos Yesterday habían pegado muy fuerte y la posibilidad que la pluma profunda del poeta de La Laguna hiciera su trasvase a la modalidad de comparsa era cuestión de tiempo.
Pero aquello fue mucho más sonado de la cuenta desde el primer minuto, ya que Juan Carlos Aragón cogería gran parte del grupo de Martínez Ares, con Ángel Subiela al frente, librándose grandes batallas entre ambos.
El Juan Carlos comparsista debutaría en 2001 con 'Los Condenaos', alcanzaría su primer premio al año siguiente con 'Los Ángeles Caídos' y durante esta década, no volvería ganar hasta 2007, con 'Araka La Kana', toda una muestra de trasgresión y unión entre el carnaval de Cádiz y Montevideo.
Los últimos años de Martínez Ares
Nadie podría presagiar que estaríamos ante los últimos años de Antonio Martínez Ares en el Carnaval de Cádiz, y es que un torbellino de sensaciones y emociones ocurrieron durante aquellos tres años.
El inicio de siglo comenzaría con su primer cajonazo. 'La Milagrosa' se quedaba fuera de la final por primera vez desde 1991, al año siguiente, rompería con su grupo de toda la vida y dos años después, decidiría no volver a escribir, durante un periodo que duró 13 años.
En aquellos años, obtuvo un primer premio con 'La Niña de mis ojos', mientras que agrupaciones como 'La Revolución' o 'Calle de La Mar' no lograron el máximo objetivo.
Durante aquellos años, Antonio se dedicó a la música, sacó algún disco en solitario, compuso para otros tantos artistas de talla nacional e internacional e incluso estuvo varios años en Onda Cádiz TV como comentarista del concurso junto a Miriam Peralta.
La eclosión de Tino Tovar
Tras aquellos angelitos, Tino Tovar comenzaría el siglo dando un golpe sobre la mesa con 'Los del año catapum' alcanzando el primer premio de la modalidad, algo que repetiría en 2005, aunque ya con el grupo de Ángel Subiela, que decidió no continuar con Juan Carlos tras un idilio de tres años.
Durante aquellos años, Tino Tovar perdería parte de su grupo original, que poco a poco fue tomando diversos rumbos. El más destacado sería el de su director Jesús Bienvenido, que regresaría años después con su propia comparsa.
Luis Rivero, otro joven talento
Aquellos años, también fue el momento de otro autor que bebió de la fuente de la Peña Nuestra Andalucía y que tras grandes éxitos en la cantera irrumpió con mucha fuerza, hablamos de Luis Rivero.
Esa comparsa joven, puso sobre el escenario a componentes que se consolidarían como auténticos referentes en los siguientes años, como fue el caso de Julián Delgado, David Trujillo 'Catalán' o Brull entre otros.
Dieron la sorpresa en 2003, ganando el primer premio con 'Guadalupe', alcanzando un segundo premio con 'Los hijos de la tierra' o un tercero con 'La Bella Escondida', aunque pasados esos años, si tuvimos la sensación de que aquel efecto parecía diluirse un poco, siendo menos habitual verlo en las grandes finales en años posteriores.
Los Carapapas también se pasan a la comparsa
A mediados de esta década, los hermanos Carapapas deciden pasarse de la chirigota a la comparsa. Su debut es en el año 2006, con 'La Cuadrilla' donde obtienen el segundo premio junto a Ángel Subiela.
En 2008 alcanzarían el primer premio con 'La Comparsa de Momo'. Desde entonces, los hermanos decidieron quedarse en la modalidad y no volver a escribir chirigotas. Al menos de la manera de antes.
Joaquín Quiñones y Antonio Martín resisten
Pese al empuje y el embiste de los nuevos autores y jóvenes talentos, los veteranos Antonio Martín y Joaquín Quiñones supieron sobrevivir muy bien en aquella época donde ambos todavía se negaban a dar su brazo a torcer, ofreciéndonos repertorios de muchísima calidad.
Por parte del coplero de San Vicente, aquellos años no fueron tan prolíferos, alcanzando su único primer premio en 2009, con 'La madre que me parió' demostrando que aunque durante esa década no consiguió estar en el pódium junto al resto, aún le quedaría cuerda. De hecho, los años siguientes iban a ser muy destacados.
Joaquín Quiñones por su parte, vivió una segunda etapa dorada, con el que posiblemente fuese el mejor grupo de comparsas de la década. Se alzó con dos primeros (La Cárcel vieja y La Caldera) y otras tantas maravillas como 'Los Vikingos', 'La playa de los secretos' o 'La Atlántida', donde su unión con el chirigotero Manuel Sánchez Alba 'Noly' fue un auténtico acierto.
Jesús Bienvenido trae sus propias comparsas
Tras varios años ligado a chirigotas callejeras, Jesús Bienvenido decide regresar al COAC, aunque no de la mano de Tino Tovar, sino creando su propia autoría en letra y música. Para ello, cuenta con el respaldo de antiguos componentes como 'Kichi', Dani Obregón, Fali Figuier, Ramón Obregón, Octavio Linares... lo que venía siendo la vieja guardia de aquellos 'angelitos'.
Jesús Bienvenido debutaría en 2008 con 'Los Mendas Lerendas' obteniendo el segundo premio. Al año siguiente en 2009, alcanzaría el tercero con 'Los trasnochadores'.
La chirigota, sin dominador claro y con mucha variedad
Por su parte, el mundo de la chirigota va a sufrir una auténtica vorágine de coplas y autores que se beneficiaron de aquel cambio de reglamento durante los 7 primeros años. Así, sería muy habitual ver finales con hasta 5 y 6 chirigotas por año.
La calidad en las agrupaciones era generalmente buena. Vivimos una época de grandes chirigotas, pero nos da la sensación, que aquellos años 90 fueron muy difíciles de olvidar, y que vivimos un auténtico auge de la comparsa, por encima de la chirigota.
Manolo Santander conseguía dar su gran golpe con 'Los de Capuchinos' en el año 2000, mientras que veíamos un intercambio constante de posiciones en los primeros premios. La chirigota del Love consiguió dos consecutivos con 'Ojú ya saltó el levante' y 'Ay que malito estoy y que poquito me quejo', aunque sinceramente, ninguna de las dos se recuerdan como grandes hitos.
El Yuyu se convirtió en un habitual de los segundos premios, salvo en 2001, que alcanzaría la gloria con 'Tampax Goyescas', mientras que el Sheriff dio el pelotazo en 2006 con 'Los Aguafiestas', mientras que Selu García Cossío nos tiraba al suelo con 'Lo que diga mi mujer'
Comenzábamos a ver la poca vergüenza de la chirigota de Juanlu Cascana (escrita por Remolino) con 'Los Quince en la piedra', mientras que Jose Mari Barranco 'El Lacio' nos deleitaba con el pellizco de sus 'Villancicos Populares' o los compases de la chirigota del Petra, que mantenían aquel estilo añejo.
En 2006, también viviríamos la descalificación de la chirigota de Manolo Santander 'El movimiento del 36' por cantar durante la Gran Final con un componente más. También veíamos como irrumpía un joven Vera Luque, que se convertiría en todo un referente en la siguiente década.
El Canijo de Carmona, un gran referente
Antonio Pedro Serrano, más conocido como 'El Canijo de Carmona' ya era conocido en el Gran Teatro Falla por traer agrupaciones, pero consiguió dar el salto definitivo en la modalidad, cuando cogió un grupo de Cádiz y en un par de años les hizo ganar el primer premio.
'Los que salimos por gusto' fueron uno de los grandes pelotazos de la década, premio que revalidarían dos años después con 'Los juan palómez'.
A finales de la década, Kike Remolino se une junto al sevillano Lolo Seda, consiguiendo dos primeros premios consecutivos, con 'Las Pito-risas' y 'Los tijeritas' (Este segundo muy discutido por el público al considerar a la chirigota del Selu 'Los Enteraos' como la verdadera ganadora, aunque sorprendentemente el jurado de aquel año les otorgó un tercer premio)
Kike Remolino cambió las reglas del juego en el mundo de la chirigota, ofreciendo una agrupación mucho más visual, jugando mucho con los elementos escénicos, grandes decorados o cameos. Algo un poco más teatralizado de lo que habíamos visto hasta la época.
El coro mantiene su hegemonía
En la modalidad de coros, tenemos la sensación de que todo es muy continuista con respecto a lo que vimos en la década de los años 90.
Julio Pardo continuaba dominando en la mayoría de años, con grandes agrupaciones como 'La catedral' 'Por los bloques', 'La gaditana' o 'El mejor coro del mundo'.
La unión de Fali Pastrana y Quico Zamora dio muy buenos frutos a principios de la década con enormes coros como 'Los desoterraos' o 'Los Voluntarios'.
Nandi Migueles y su famoso 'Coro de los niños' seguía tan en buena forma como antaño, consiguiendo ganar durante varios años de la década con coros como 'Comediantes' o 'Big Band'
La nota diferente a aquellos tangos clásicos la puso José Manuel Valdés, ofreciendo un estilo desenfadado y cómico a aquellos tipos y repertorios, intentando acercar otro tipo de público a la modalidad.
El cuarteto se prepara para grandes gestas
La modalidad del cuarteto, tras vivir una auténtica sangría a finales de los años 90, comienza a recuperar el pulso, no a grandes pasos, pero si formando unos cimientos que servirían para décadas posteriores.
Un jovencísimo Vera Luque comenzaba a despuntar en cuartetos antes de hacerlo en chirigotas, con la autoría de 'Doble o nada', en el que también veríamos como componente a Germán García, antiguo presentador de Onda Cádiz.
Son años de un cuarteto por final, a veces ni eso. Pero empieza a darse a conocer el cuarteto de Algeciras con su 'Ozu opá', el cuarteto de Ángel Gago con 'Un cuarteto con gancho' o el germen de lo que sería posteriormente el cuarteto del Morera, con la autoría de Ángel Piulestán. (Aquí mismo).
Un cuarteto, el de Manuel Morera y Carlos Mení, que cogería un pulso imparable a partir de 2008, con 'Taller de reparaciones', dando un salto cualitativo al cuarteto para la próxima década.
Una década de luces y sombras
Los años 2000 a 2010 en el Carnaval de Cádiz la podemos calificar como una época de luces y sombras.
La comparsa consigue consolidarse como el mayor referente de la fiesta y la que mayor pasión y seguidores arrastra en detrimento de la chirigota, que continúa trayendo cosas de calidad, pero a un ritmo algo inferior en el que vimos en décadas anteriores, donde era la reina de la fiesta.
El coro nos deja una sensación agridulce, ya que pese a traernos buenos repertorios, encontramos una línea bastante continuista y conservadora que quizás le hiciese perder muchos adeptos, o mejor dicho, el auge de otras modalidades consiguió eclipsar a un público que parecía perder algo de interés en los coros durante esta década.
El cuarteto iba cociendo su paso a la nueva generación a paso lento, con la aparición de nuevos autores y componentes que se convertirían en imprescindible en la década siguiente.
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